Por regla general, siempre que se desarrolla un proceso de fabricación de bienes o servicios se genera también, en consecuencia, un determinado impacto ambiental. Sin embargo, cada caso es diferente, tanto a la hora de producir como en las decisiones que se toman para concluir su ciclo de vida.
En este sentido, la conocida como economía circular adquiere un papel muy relevante en el sector de la energía fotovoltaica y la fabricación de estructuras para paneles solares. Gracias a sus principales acciones, se consigue la optimización de sus diferentes materiales y residuos, alargando así su vida útil. Por ejemplo, es el caso del reciclaje del aluminio, como ya comentamos anteriormente en Alusín Solar.
De este modo, se apuesta por una perfecta alternativa que extiende en el tiempo la utilidad de los productos, e incluso, puede dotarlos de nuevas e interesantes aplicaciones. Por ello, la tradicional economía lineal pierde posiciones en favor de prácticas basadas en la prevención, reciclaje, reutilización y reparación.
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Toggle¿Qué es la economía circular?
En primer lugar, como hemos comentado anteriormente, la economía circular defiende el máximo aprovechamiento de los recursos existentes, así como la reducción progresiva de las materias primas.
Si continuamos con el modelo de producción establecido, corremos el serio riesgo de que nuestros recursos naturales acaben agotándose. Por tanto, la economía circular aboga por un nuevo sistema de sociedad en el que se defienda la optimización de los materiales y residuos. Si existe la posibilidad de que tengan una nueva utilidad, tiene que ser explorada.
En definitiva, gracias a la aplicación de la economía circular, todas las piezas de un proyecto de energía solar pueden llegar a reutilizarse o reciclarse, una vez hayan llegado al límite de su vida útil y dando forma a nuevas configuraciones.
El objetivo está claro: transformar directamente los residuos, convirtiéndolos en potenciales materias primas que sigan las directrices más actuales de la sostenibilidad y la ecología.
Rol de la energía solar en la economía circular
En este sentido, uno de los retos de la Unión Europea se centra en el desarrollo del proyecto Circusol, que comenzó en 2018 y se extenderá, según las estimaciones, hasta el próximo año 2022.
Su fin es disponer del sector de la energía solar como punta de lanza de la citada economía circular. Para ello, se recurre a modelos de negocio que operan mediante sistemas producto-servicio.
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En cuanto a su desarrollo, este proyecto europeo tiene dos bloques de actuación. El primero, incentivar iniciativas de reutilización, restauración y remanufactura de los productos. El segundo, el reciclaje y la creación de nuevos productos con valor añadido, pero con el foco puesto en usuarios finales residenciales, comerciales y servicios públicos.
El futuro más próximo del sector
Por todos es sabido que la energía solar se ha convertido en uno de los engranajes esenciales en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, sus estructuras son grandes y voluminosas piezas que tienen que ser tratadas de forma totalmente responsable. A día de hoy, no todos los países del mundo tienen un plan definido y elaborado para lidiar con este asunto.
Respecto a los datos, se estima que para el año 2050, alrededor de 78 millones de toneladas métricas de paneles solares habrán alcanzado la etapa final de su vida útil, según asegura la Agencia Internacional de Energías Renovables.
Por tanto, resulta imprescindible adoptar soluciones de economía circular a medida para que comiencen a aplicarse de forma generalizada. El futuro del sector está más en juego que nunca.