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ToggleEntrevista en Cinco Días a Javier Fernández Font-Pérez director general en Alusín Solar.
De nada sirven la mejor placa o el mejor inversor solar si no se sostienen sobre estructuras fiables y de garantías. El ahorro, una de las principales razones detrás de la importante inversión en una instalación de energía fotovoltaica, puede ser aún mayor a largo plazo si se eligen con detenimiento los materiales, las calidades y los fabricantes. Y es que el pasto no es tan grande si se presta atención a la vida útil: solo los paneles solares tienen una duración media de unos 25 años.
Los fabricantes del sector recuerdan que es igual de importante fijarse en las implicaciones que tiene una obra de estas características, sobre todo para los techos y las cubiertas. La normativa actual es tajante en este sentido. Obliga a que todas las estructuras metálicas que se adosen a una edificación ya existente tengan el marcado CE y, además, cumplan con el Código Técnico de Edificación, que regula la instalación de estructuras en España.
Al respecto, estas han de estar preparadas para las inclemencias climáticas, garantizando su resistencia al viento y la nieve o la estanqueidad, en el sentido de que una vez se atornillen a la cubierta existente deben asegurar que no van a generar goteras. AI igual que pasa con las placas solares, es fundamental conocer todos esos factores respecto de la zona en la que van a ser instaladas y cómo van a ser instaladas para asegurar el éxito del proyecto, explica Javier Fernández-Font Pérez, director de Alusín Solar.
En este sentido, uno de los problemas más habituales en una instalación aparece al subir al tejado. Con frecuencia varía respecto a lo estudiado a través de los planos. Es entonces cuando aparecen chimeneas imprevistas o subestructuras que no estaban contempladas en un primer momento. “Lo que nos obliga a tener mucha previsión antes para saber exactamente qué material tenemos que enviar”, dice con conocimiento de causa.
En activo desde 2010, esta empresa española nacida en Asturias esta especializada en el diseño, la fabricación y el montaje de estructuras solares. En concreto, las de pequeña potencia (entre 8 y10 megavatios). También fabrica estructuras para colocar los paneles solares, tanto en suelo (huerta) como en techo (cubierta). El valor diferencial de la compañía es que todo el proceso de fabricación se realiza en su planta de Avilés, con un tamaño de 5.000 metros cuadrados, dónde se fabrican todos los productos (con certificaciones ISO 9001, 45001 y 14001) que posteriormente comercializa.
Como fabricante experimentado (en estos 13 años de vida es de las pocas empresas nacionales que se sobrepuso al ya derogado impuesto al sol en 2018), desde la compañía destacan que si se quiere llevar a buen puerto un proyecto hará falta trabajar «de la mano de los instaladores o desarrolladores para facilitar la instalación en la medida de lo posible».
Otros factores como la fiabilidad, la rapidez de montaje o el servicio técnico, han de analizarse en profundidad para no caer en imprevistos y retrasos. Y, en caso de que apareciesen, responder en tiempo récord, en línea con la flexibilidad para cumplir con las fechas de entrega y la llegada a tiempo y en buenas condiciones de todo el material.
La flexibilidad, clave para resolver sobre la marcha posibles imprevistos
«Ahí entramos en la calidad, no solo la del producto, que se sobreentiende, sino calidad en el servicio», subraya Fernández-Font. Uno de los rasgos que identifican a Alusín Solar es el trabajo por anticipado y con tiempo con el cliente, al que se le pide toda la información posible antes de un proyecto fotovoltaico, mejores serán leter el proyecto, lo que permite tanto reducir los posibles errores como agilizar los tiempos de ejecución. La fórmula resulta en que cuanto mas rápido menos costes para una empresa. “A la hora de realizar una instalación solar el tiempo es dinero”, sentencia.
Revolución radical del sector en España
Alusín Solar está experimentando la «revolución radical» del sector en España, potenciada por varias razones: una caída acusada de los costes de estos sistemas; el aumento de los precios de la energía convencional (potencialmente gas) y, además, la necesidad de ayudar a frenar el cambio climático.
Lo aprecian, señala su director general, Javier Fernández-Font Pérez en que desde 2019 el porcentaje de ventas se realiza casi en su totalidad (95%) a nivel nacional, mientras el 5% restante es para el mercado internacional.
Esta tendencia ha permitido a la empresa alcanzar los 58 empleados, que prevé aumentar hasta los 60 para este verano. La Unión Española Fotovoltaica (UNEF), de la que además Fernández-Font es miembro, estimó que la solar fotovoltaica supuso el 10,1% del total del mix eléctrico de nuestro país en 2022, siendo la cuarta tecnología más importante.